La aparición de enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia, puede estar relacionada con experiencias traumáticas durante los primeros años de vida, así lo ha afirma un estudio llevado a cabo por un grupo de investigación de la Unidad de Neurobiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Valencia
Esther Castillo, Marta Pérez y Juan Nàcher, autores del estudio, destacan que el estrés y los traumas que se producen en etapas tempranas, como por ejemplo el aislamiento social, pueden tener un papel fundamental en la aparición de enfermedades de orden psiquiátrico, muy específicamente la esquizofrenia. Según los investigadores, “las experiencias aversivas en la niñez remodelan la estructura y la conectividad de las neuronas y constituyen un factor de predisposición para sufrir estos trastornos”.
“Los resultados reproducen algunas de las alteraciones, tanto de comportamiento, como de estructura y neuroquímicas, que se encuentran en la esquizofrenia”, remarcan los expertos. Una de estas perturbaciones es el desequilibrio entre neuronas inhibitorias y excitatorias, especialmente en el córtex prefrontal y la amígdala.
Así, el artículo apunta que este desequilibrio se puede ver originado “por los cambios en las expresiones de otras moléculas que intervienen en el desarrollo del sistema nervioso, que se ven afectadas por los traumas infantiles”. Del mismo modo, las pruebas posteriores al aislamiento también dejan ver unas consecuencias en el comportamiento de los animales. “El estrés en las primeras etapas de vida induce una locomoción aumentada y actitudes vinculadas con la ansiedad”, características comunes en los enfermos de esquizofrenia, dicen Castillo, Pérez y Nàcher.