La investigación compara un marco emocional concreto (el conjunto formado por la ira, la ansiedad, la depresión y la inestabilidad emocional) entre un grupo de jóvenes adolescentes que tiene antecedentes delictivos y un grupo que no los tiene. Las tres investigadoras de la Facultad de Psicología concluyen que existe una fuerte relación entre la inestabilidad emocional y la ira en ambos grupos, pero sólo el formado por infractores canaliza estas emociones hacia la agresión.
En los artículos publicados en las revistas The European Journal of Psychology Applied to Legal Contexto y Psicothema, las expertas también incluyen la variable del género, y diferencian en cada uno de los grupos las respuestas de chicas y de chicos. La única variable que presenta una desviación es la depresión, más habitual en las jóvenes, tanto delincuentes como no delincuentes.
En este sentido, Anna Llorca, Elisabeth Malonda y Paula García indican que es necesaria la inclusión de planes de intervención en los institutos para proporcionar herramientas con las cuales se puedan controlar estas emociones y evitar posibles actitudes problemáticas. Las investigadoras de la Universidad de Valencia también consideran que la empatía es una fuente motivadora de comportamientos más tolerantes en el ámbito social, y una herramienta potente para controlar sentimientos como la ira, la depresión y la ansiedad.